Muchos motivos llevan a los peregrinos al Camino Francés rumbo a Santiago de Compostela, pero el principal de ellos es la búsqueda de una experiencia espiritual, de autoconocimiento y de conexión con otras culturas, ya sea en medio de la naturaleza o a través de las diversas ciudades y pueblos a lo largo del recorrido. La decisión de dejarlo todo por más de treinta días exige planificación y disposición, pero una cosa es cierta: al final de esta jornada, volverás transformado.
En este artículo, recorreremos la ruta más popular del Caminho de Santiago, trayendo información sobre los puntos más emblemáticos, los principales desafíos y compartiendo historias de conexiones y experiencias de peregrinos.
La ruta de peregrinación más antigua de Europa
La peregrinación por el Camino de Santiago es una jornada de varios días que combina elementos de una larga caminata con una búsqueda espiritual y personal. Como un Multi-Day Hike —nombre dado a las actividades que implican dos o más días de caminata sin necesidad de acampar—, los peregrinos enfrentan diversos desafíos, desde terrenos variados hasta condiciones climáticas impredecibles.
En 2023, más de 446 mil personas de todos los rincones del planeta completaron el Camino de Santiago: 404 mil peregrinos lo hicieron a pie y más de 22 mil lo recorrieron en bicicleta. Los brasileños ocuparon el 13.º lugar en el ranking de peregrinos que partieron rumbo a Santiago de Compostela.
Información técnica:
- Destino: Santiago de Compostela — Galicia, España;
- Ruta más difundida: Camino Francés (unos 800 km);
- Duración media de peregrinación por el Camino Francés: de 30 a 35 días;
- Cómo recorrer el Camino de Santiago: a pie, en bicicleta y a caballo;
- Mejores épocas para ir: mayo y junio son meses ideales para caminar entre flores y campos verdes. Septiembre y octubre también son recomendados. A pesar de que el clima es más seco, predominan las uvas en la vid y otras frutas en el camino, como higos y cerezas; julio y agosto son los meses más concurridos debido a las vacaciones europeas. Además de la gran concentración de personas, el clima es bastante caluroso, lo que hace que la caminata sea más desafiante;
- Si se puede evitar, mejor: abril es un mes bastante lluvioso, así como la segunda quincena de octubre, cuando los albergues privados comienzan a cerrar debido al bajo flujo de personas. Del 31 de octubre al 1 de abril, los Pirineos permanecen cerrados debido al riesgo de nevadas. El tramo de O Cebreiro tampoco se puede hacer por sendero, solo por carretera;
- Credencial del peregrino: para recibir el certificado, deberás recorrer como mínimo los últimos 100 km caminando o los últimos 200 km en bicicleta. La credencial, pasaporte del peregrino, debe ser retirada en la Oficina de los Peregrinos y sellada en cada etapa. Hasta Sarria, el sello debe hacerse al menos una vez al día, lo que generalmente ocurre en los albergues, pero casi todos los establecimientos comerciales tienen su sello. Después de Sarria, se exigen al menos dos sellos al día.
Con orígenes que se remontan al siglo IX, el Camino de Santiago ganó popularidad debido a la creencia de que las reliquias del apóstol Santiago están enterradas en la Catedral de Santiago de Compostela. A lo largo de los siglos, millones de peregrinos de todas las nacionalidades y orígenes han recorrido sus senderos.
“Antiguamente, la peregrinación tenía un carácter de autopunición. En la Edad Media, cuando una persona era condenada, debía hacer el Camino de Santiago. Si volvía viva, quedaba libre”, cuenta Ana Wanke, fundadora de Ana Wanke Turismo e Aventura, que desde 2005 trabaja con paquetes y guiado de peregrinos, además de ofrecer asesoría para quienes desean hacer el Camino de Santiago por su cuenta.
Desde entonces, muchas cosas han cambiado, y al recorrer los caminos que llevan a Santiago de Compostela, los peregrinos viven una rica inmersión cultural. “Observamos mucho la evolución de los estilos arquitectónicos a lo largo de la peregrinación. La mayoría de las iglesias de la época dorada del camino están inspiradas en templos romanos y se usaban para misa, para acoger a los peregrinos y como hospitales, ya que enfermaban mucho y morían en el camino. Por eso, también se ven muchos cementerios”, cuenta Ana.
Camino Francés: el más popular entre los peregrinos
Existen varios caminos de peregrinación que tienen como destino Santiago de Compostela, partiendo desde Portugal, España y Francia. El más transitado desde la Antigüedad, el Camino Francés comienza en Saint-Jean-Pied-de-Port, en los Pirineos franceses, cadena montañosa que marca la frontera natural entre Francia y España. Desde allí hasta Santiago de Compostela hay unos 800 km de distancia, con terrenos y paisajes variados, generalmente recorridos en 30 a 35 días de caminata.
Durante el camino, los peregrinos pasan por ciudades como Pamplona, Burgos y León, cruzando carreteras, calles de piedra y tierra, además de zonas con subidas y bajadas pronunciadas. Iglesias, monasterios, construcciones, pueblos bucólicos y los variados paisajes a lo largo del Camino Francés enriquecen la experiencia cultural y renuevan, a cada tramo, la espiritualidad de miles de peregrinos.
Descubre algunos lugares icónicos y llenos de historia
O Cebreiro: pueblo que alberga la iglesia más antigua del Camino Francés
O Cebreiro —pueblo español todo de piedra, con características celtas— es el símbolo del renacimiento del Camino de Santiago, bajo la influencia del Padre Elías Valiña, que está enterrado allí, inventor de las icónicas flechas amarillas pintadas a partir de la década de 1980 en postes, paredes, piedras, aceras y otros lugares a lo largo del camino para orientar a los peregrinos. “En 1982, tuvo lugar la primera visita del Papa a Santiago de Compostela. Después de eso, Paulo Coelho escribió El Diario de un Mago, novela que popularizó el Camino de Santiago. Por eso, para mí, O Cebreiro es tan emblemático”, cuenta Ana.
Además, la ciudad alberga la iglesia considerada la más antigua del Camino Francés, la Santa María La Real del Cebreiro, construida en el siglo IX, que guarda dos reliquias de un milagro ocurrido en una noche de tormenta y nevada. “Cuenta la leyenda que, al ver llegar a un campesino desde lejos, el único presente en su misa, el sacerdote dudó de sus buenas intenciones, creyendo que solo venía en busca de pan y vino. En el momento de la consagración, la hostia se transformó en carne y el vino en sangre. La Virgen María se inclinó para mirar el milagro y su imagen, inclinada hacia adelante, así como el cáliz románico del siglo XII, están en la iglesia.”
Iglesia Santa María La Real del Cebreiro / Foto: Ana Wanke
Burgos: riqueza gótica del camino
Burgos es una ciudad rica en arte gótico, y su mayor atracción es la Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María, conocida como Catedral de Burgos. Iluminada por la luz que entra a través de sus hermosos vitrales, la iglesia, construida en el siglo XIII, alberga un museo de pago que vale cada céntimo. En su centro se encuentran las lápidas del aventurero El Cid y de su esposa.
Ana Wanke recomienda la ciudad para muchos peregrinos que desean parar un día a descansar. “Es una ciudad muy cultural. Además de la catedral, tiene un parque maravilloso, varios museos —entre ellos, el Museo de la Evolución Humana—, además del Castillo de Burgos y el Monasterio de Las Huelgas.”
Cruz de Ferro: un lugar emocionante para los peregrinos
Según la tradición, todos los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela llevan consigo una piedra a lo largo del camino. “Todos los pensamientos negativos, las penas, las angustias y la energía negativa se ‘depositan’ en esa piedra. Cuando llegas a la Cruz de Ferro, tras haber recorrido ya dos tercios del camino, ya has identificado lo que era un problema real y lo que era imaginario, ya has llorado, reído y pasado por muchas cosas. Entonces, dejas tu piedra al pie de la cruz”, cuenta Ana.
Para Pedro Lacaz Amaral, llegar a la Cruz de Ferro fue un momento mágico: “Justo después de dejar mi piedra, que aunque era pequeña pesaba mucho, mi propósito de vida se volvió absolutamente claro”.
La Cruz de Ferro se encuentra en el punto más alto del Camino Francés, a unos 1.500 m de altitud, y ofrece una vista impresionante.



Puente La Reina: donde todos los caminos se encuentran
Ubicada en Navarra, un pequeño municipio español, Puente La Reina es el punto donde convergen las rutas procedentes de diferentes partes de Europa, uniendo a peregrinos de todos los orígenes en un mismo camino hacia Santiago de Compostela.
“Puente La Reina es un lugar de una belleza excepcional. Fue allí, entre la historia y el encuentro de almas viajeras, donde conocí a Joelma, en el albergue Estrella Guia. Más tarde, ella me ayudaría a alquilar la bicicleta que se volvió fundamental para completar mi camino. Por coincidencia, ella es de la misma ciudad que la familia de mi madre, Guaratinguetá, en el Valle do Paraíba, en São Paulo, donde pasé gran parte de mi infancia”, relata Pedro Lacaz Amaral.
Vistas exuberantes
Con su mirada atenta, Hélio Araújo, periodista, fotógrafo, creador del Pédcast do Caminho y organizador del libro “Caminho de Santiago: 25 visões peregrinas”, también destaca los lugares con vistas impresionantes de diversas ciudades. “El Alto del Perdón, O Cebreiro y la Cruz de Ferro son icónicos, con paisajes increíbles. El Alto del Perdón, donde se encuentran las esculturas de hierro que homenajean a los peregrinos, tiene una vista preciosa”, cuenta Hélio, que ya ha recorrido el Camino de Santiago cinco veces por diferentes rutas.
Marianna Sergio en el Alto del Perdón
Conexiones transformadoras que ocurren en el Camino de Santiago
Además del viaje cultural y de inmersión en la naturaleza, el Camino de Santiago ofrece a los peregrinos la oportunidad de conectar con otras personas, sus historias y vivencias, lo que hace que la experiencia sea aún más transformadora. “Hay personas de muchos países, de todas las edades. Hice amistad con una señora francesa de 80 años, Mona. Ella no hablaba ni una palabra de inglés y yo nada de francés, pero nos entendimos perfectamente. Estaba sola, haciendo el Camino por séptima vez”, cuenta la paulista Marianna Sergio.
Marianna Sergio y Mona
El psicólogo capixaba Luiz Henrique emprendió la peregrinación motivado por el desafío y con el propósito de realizar un rescate espiritual. Encontró en las personas un refugio para los mejores y más duros momentos del camino. “El tiempo que pasas allí conversando y compartiendo el día a día con otras personas es maravilloso. Recibí mucho apoyo de varios peregrinos que se cruzaron en mi camino.”
Para Pedro Lacaz Amaral, crear conexiones significativas tiene el poder de transformar cualquier desafío en una experiencia enriquecedora. “Viví muchas historias a lo largo del Camino: conocí personas increíbles de diversos países, tuve conversaciones profundas sobre filosofía, espiritualidad y vida. Al final, esas conexiones y experiencias nos ayudan a encontrar claridad y propósito, algo que yo buscaba y encontré en el Camino de Santiago”, cuenta el fundador de Gear Tips, que tenía como objetivo llegar a Santiago el día de su 50º cumpleaños — ¡y lo logró!
Pedro durante la cena en el Albergue Borda
Principales desafíos del Camino Francés
La cadena montañosa de los Pirineos
El Camino Francés comienza con un gran desafío para los peregrinos: cruzar los Pirineos, frontera natural entre Francia y España, entre las ciudades de Saint-Jean-Pied-de-Port y Roncesvalles. El tramo es predominantemente de tierra y con subidas que suman 20 km, además de una bajada de unos 5 km. Según Ana, algunas personas optan incluso por dividir el recorrido en dos días.
A pesar del reto, Hélio Araújo destaca la belleza del lugar: “Salí del albergue, ubicado a 8 km de Saint-Jean, con un sol espléndido y animales alrededor. Más arriba, llegaron el viento, la lluvia y la niebla. No podía ver nada delante de mí.”
Además de la subida, otro punto de atención en los Pirineos es el cambio de clima durante la peregrinación por el Camino Francés, lo que puede llevar al cierre del tramo natural hacia Roncesvalles. Aunque el período oficial de cierre de los Pirineos es del 31 de octubre al 1 de abril, puede ocurrir en otros meses por cuestiones de seguridad.
Pedro Lacaz Amaral inició su peregrinación en la primera semana de abril. Su plan incluía la subida por la Ruta de Napoleón y alojamiento en el Albergue Borda, ubicado en la subida de la montaña. Se preveía una nevada y la posible clausura del paso.
La noche anterior, Pedro recibió la previsión del tiempo: temperaturas entre 3 y 8 ºC, con vientos entre 50 y 70 km/h. Equipado con el material necesario para cruzar el tramo con seguridad, Pedro y dos compañeros que conoció en el albergue consiguieron atravesar los Pirineos por la Ruta de Napoleón. “Salimos temprano, aún de madrugada. Hacía mucho frío y el viento era muy fuerte, pero estábamos preparados. Llegamos a Roncesvalles sanos y salvos después de casi 6 horas de caminata, con un viento inclemente que a veces nos obligaba a agacharnos para no ser arrastrados.”
En este artículo, Pedro relata esta experiencia y presenta el vestuario recomendado para días fríos en el Camino de Santiago.
Travesía por las mesetas: un camino extenso con pocos atractivos
El tramo de las mesetas comienza en Burgos y tiene como destino final León. Aunque se trata de un lugar con mucha historia, recorrido por una calzada romana, los peregrinos suelen calificar esta parte como la más monótona del Camino de Santiago. La caminata, de unos 25 km al día en promedio, transcurre por un paisaje poco atractivo, con vegetación árida y sin sombra, y dura aproximadamente 7 días.
Tras mucha resistencia y con fuertes dolores en los pies, el psicólogo Luiz Henrique recorrió los últimos 9 km en bicicleta. “Fue el tramo del que más me quejé con mis compañeros. Si volviera hoy, no haría las mesetas a pie. El paisaje es muy monótono y el suelo está lleno de piedras.”
Por otro lado, según Ana, la falta de distracciones es una oportunidad para el viaje interior y la introspección. “Este es el mayor reto para muchas personas. Durante el Camino de Santiago, es natural pasar por distintas etapas, y la parte de las mesetas es, de hecho, cuando empiezas a expulsar muchas cosas para luego llegar a la Cruz de Ferro. ¡Es ahí donde ocurre la limpieza!”
Para Hélio Araújo, el tramo de las mesetas es ideal para reflexionar sobre la vida. El periodista y fotógrafo aconseja a los peregrinos que reserven momentos para caminar en solitario durante este trayecto: “Recorrí las mesetas acompañado de una persona que había conocido antes, pero la mayor parte del camino mantuvimos una distancia de 500 m a 1 km. Nos reencontrábamos más en las paradas para comer. Aunque muchas personas deciden saltarse esta parte, yo no lo recomiendo. Mientras caminas, se pueden ver desde lejos determinadas vegetaciones, ríos y otras bellezas. El lugar se vuelve especial por el conjunto de la experiencia.”
Subida empinada para llegar a O Cebreiro
La subida a O Cebreiro, la última montaña del Camino de Santiago, es un punto de preocupación para los peregrinos primerizos, ya que es necesario afrontar una subida de 8 km tras un día completo de caminata. Pero Ana Wanke destaca que el tramo es menos exigente que los Pirineos y que la vista es maravillosa. El consejo es conservar energía durante el día para llegar con disposición al tramo final.
Descensos pronunciados en Zubiri y Molinaseca
En los primeros días de caminata, el fuerte descenso hasta Zubiri, en el Valle de Esteribar, requiere atención especial a las rodillas. Sin embargo, según Ana, el descenso hacia Molinaseca, tras pasar por la Cruz de Ferro, es aún más fuerte, debido al sendero irregular y pedregoso. “Así como en la vida, las subidas del Camino son difíciles, pero poco a poco vas luchando y llegas. Ahora, para bajar, es rápido y te puedes hacer daño.”
¡Buen camino!
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