No hace mucho tiempo, los niños crecían en contacto íntimo con la naturaleza. Se les podía ver corriendo libremente por los campos, construyendo fortalezas en los bosques, o persiguiendo libélulas en arroyos cristalinos. Sin embargo, la realidad moderna es alarmantemente diferente. Los niños se están volviendo cada vez más distantes del mundo natural, un fenómeno que Richard Louv, en su libro «El Último Niño en la Naturaleza», designa como Trastorno del Déficit de Naturaleza (TDN).
Foto: Cria Outdoor
Trastorno del Déficit de Naturaleza no es un diagnóstico médico formal, sino un término creado por el autor para describir el creciente distanciamiento entre los niños y la naturaleza. Según afirma, el rápido avance tecnológico, la urbanización acelerada y los cambios en el estilo de vida han vuelto a los niños extraños al ambiente al cual están biológicamente destinados a habitar.
De acuerdo con Louv, este alejamiento de la naturaleza tiene consecuencias negativas significativas. Él argumenta que la interacción con los recursos naturales es fundamental para el desarrollo mental, físico y emocional de un niño. En contraste, el déficit de naturaleza puede llevar a problemas como obesidad, depresión e incluso trastornos de atención.
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El autor basa sus alegaciones en una extensa revisión de estudios científicos que corroboran el beneficio de la interacción naturaleza-infancia. Las investigaciones muestran que jugar en la naturaleza aumenta la aptitud física, incrementa la creatividad, reduce el estrés y mejora la concentración. En contrapartida, la falta de interacción con la naturaleza ha sido asociada al bajo rendimiento escolar, trastornos comportamentales y problemas de salud, como obesidad y miopía.
Cómo combatir el Trastorno del Déficit de Naturaleza
La cuestión es: ¿cómo combatimos el Trastorno del Déficit de Naturaleza en una sociedad cada vez más urbanizada y digitalizada? Louv ofrece una serie de soluciones, comenzando por cambios en los pequeños ambientes de la vida de un niño.
A nivel familiar, sugiere incentivar a los niños a jugar al aire libre lo máximo posible, tal vez incluso estableciendo «horas verdes» durante las cuales la tecnología queda en segundo plano. Las familias pueden explorar parques locales, ir a campamentos o incluso crear jardines y hábitats silvestres en sus propias áreas.
En la esfera de la educación, Louv defiende la «educación basada en la naturaleza», en la cual las escuelas incorporan la naturaleza en su currículo y actividades diarias. Esto puede incluir clases regulares al aire libre, paseos a parques y reservas naturales, jardinería escolar y proyectos ambientales. Desafortunadamente, no es algo simple, pues la mayoría de los padres asocia las actividades en la naturaleza con algo extremadamente peligroso (y esto lo he vivido desde que Mateus era bebé, cuando Laura y yo invitábamos a otros padres a caminatas en la Floresta da Tijuca – algunos iban, pero la gran mayoría no aceptaba la invitación).
A nivel comunitario y gubernamental, Louv pide políticas de planificación urbana que prioricen espacios verdes y preserven la naturaleza. Invertir en estos espacios no solo beneficia a los niños, sino también a la comunidad en su conjunto, proporcionando opciones de recreación, mejorando la calidad del aire y aumentando la biodiversidad.
Louv cree que solo con una acción integrada en todos estos niveles – individual, familiar, educacional y público – es posible combatir el Trastorno del Déficit de Naturaleza con eficacia.
Casos de éxito y ejemplos de programas
El concepto de Louv ha sido un influyente impulsor del movimiento para integrar a los niños con la naturaleza, desencadenando la creación de numerosos programas escolares y comunitarios. Un ejemplo es la «Escuela Forestal». Las escuelas forestales, que se originaron en Dinamarca y ahora se encuentran en todo el mundo, se basan en la idea de que el contacto regular con la naturaleza es esencial para el desarrollo saludable del niño. A veces, también llamadas «escuelas en la naturaleza», estas instituciones permiten que los niños pasen la mayor parte del día al aire libre, en todos los tipos de clima.
En estas escuelas, tienen la oportunidad de explorar, jugar y aprender en ambientes forestales, además de desarrollar habilidades prácticas – como construir refugios e identificar plantas – y habilidades sociales y físicas a través de juegos no estructurados. Más importante aún, las escuelas forestales incentivan el respeto por la naturaleza y una conexión duradera con el mundo natural. El aprendizaje basado en la exploración y experiencia real proporciona beneficios significativos para el desarrollo cognitivo, emocional y físico de los niños.
La «Escuela Forestal» es, por lo tanto, un reflejo directo de la filosofía de Richard Louv y una respuesta a la creciente necesidad de combatir el Trastorno del Déficit de Naturaleza. Tales programas ilustran cómo la educación y la sociedad pueden ser transformadas para traer a los niños de vuelta a la naturaleza y revertir la tendencia preocupante del TDN.
Iniciativas Actuales de Educación al Aire Libre
Conocí este concepto de escuela a través de Deuter, pues la marca desarrolló una mochila específica para niños que frecuentan este tipo de Jardín de Infancia. La mochila Waldfuchs fue creada en conjunto con la Landesverband der Wald- und Naturkindergärten in Bayern (Asociación Estatal de Jardines de Infancia Forestales y Naturales de Baviera) y, actualmente, es usada en todos los programas OBB Kids de Outward Bound Brasil.
Programa OBB Kids – Foto: Acervo Outward Bound Brasil
En Barcelona, donde resido actualmente, existe la Forest School Catalunya, que ofrece una experiencia inmersiva realizada a través de una serie de sesiones regulares a lo largo de semanas, meses o durante todo el año lectivo. Los niños son llevados en grupos al bosque y pasan algunas horas participando en actividades como exploración, enfrentando desafíos como construir refugios, y utilizando herramientas y materiales encontrados en el bosque para crear y construir su propio mundo de aventura y juego. Trabajan juntos y se apoyan en el desarrollo de sus habilidades emocionales, cognitivas e interpersonales.
En los EUA, existe la Forest Kindergarten Association, que promueve el concepto de educación al aire libre para niños pequeños a través de programas de jardín de infancia en el bosque. Estos programas ofrecen un enfoque educacional que integra la naturaleza como aula, donde los niños exploran el ambiente natural, desarrollan habilidades prácticas y cognitivas por medio de actividades al aire libre y experiencias inmersivas. La asociación apoya a las escuelas que adoptan este modelo y proporciona recursos y orientaciones para educadores y familias.
En Brasil, la Outward Bound Brasil (OBB) promueve programas para niños, jóvenes y adultos, con el objetivo de desarrollar habilidades interpersonales y técnicas a través de experiencias al aire libre y desafiantes. Sus programas trabajan tanto Hard Skills (habilidades técnicas) como Soft Skills (habilidades socio-emocionales). Programas como el OBB Kids, para niños de 3 a 6 años, y el Padres e Hijos, para niños de 7 a 14 años, son ejemplos de cómo la OBB utiliza la inmersión en la naturaleza para promover el desarrollo integral de los niños, incentivando la colaboración, la resistencia y la autoconfianza, al mismo tiempo que ofrece oportunidades para aprender habilidades prácticas y técnicas en un ambiente natural.
Desafío OBB – Foto: Acervo Outward Bound Brasil
A pesar de que muchos piensen que no, bebés y niños pequeños también pueden hacer actividades inmersivas en la naturaleza. Es el caso de Cria Outdoor, empresa especializada en proporcionar experiencias al aire libre adaptadas para las necesidades y capacidades de los más jóvenes. Cria Outdoor ofrece programas que involucran actividades de exploración y aprendizaje en ambientes naturales, dirigidos a niños de diferentes edades, incluyendo bebés. Estos programas están diseñados para estimular la curiosidad natural de los niños y promover el desarrollo de habilidades motoras y cognitivas desde temprano. Al integrar la naturaleza en sus actividades, Cria Outdoor ayuda a formar una conexión precoz y positiva con el medio ambiente, apoyando el crecimiento saludable y el desarrollo emocional de los niños.
Foto: Cria Outdoor
Bosque en Familia
En Gear Tips, idealizamos el «Bosque en Familia», un evento dirigido a promover actividades en la naturaleza para familias. Realizamos un evento piloto en la Floresta da Tijuca, RJ, en colaboración con Outward Bound Brasil (OBB) y el Instituto Moleque Mateiro (IMM). Durante el evento, los adultos participaron en una charla titulada «Naturaleza: el offline que hace bien», que abordó la importancia de las conexiones con el medio ambiente. Mientras tanto, los niños disfrutaron de un sendero educativo, diseñado para involucrarlos con la naturaleza de manera divertida e informativa. El evento culminó con una merienda colectiva y un sendero que permitió la integración de padres e hijos en un ambiente natural.
Bosque en Familia – Foto: Elias Maio
Beneficios del contacto regular con la Naturaleza
1. Desarrollo físico: las actividades al aire libre contribuyen al desarrollo físico de los niños, mejorando la coordinación motora, la fuerza y la aptitud física en general. Además, la exposición a la luz solar natural es una fuente importante de vitamina D, esencial para la salud de los huesos.
2. Estímulo cognitivo: el contacto con la naturaleza mejora la concentración y la capacidad de aprendizaje de los niños. Louv argumenta que la naturaleza proporciona un ambiente rico que involucra todos los sentidos, promoviendo una mejor adquisición de nuevos conocimientos.
3. Salud mental: el tiempo pasado en la naturaleza ha sido repetidamente asociado con una mejor salud mental. Puede ayudar a reducir los niveles de estrés y ansiedad, y promover una sensación general de bienestar. Además, explorar la naturaleza puede ayudar a cultivar la resistencia y la autoconfianza.
4. Creatividad e imaginación: jugar y explorar al aire libre da a los niños la oportunidad de demostrar creatividad, encontrar soluciones únicas a los problemas y usar su imaginación de maneras que las actividades estructuradas y internas muchas veces no permiten.
5. Desarrollo social y emocional: la naturaleza ofrece oportunidades únicas para que los niños interactúen unos con otros y aprendan sobre cooperación, negociación y resolución de conflictos. Además, puede ayudar a los niños a desarrollar una mayor empatía y respeto por el medio ambiente y por los demás.
Es importante notar que, aunque la lista anterior destaca algunos de los muchos beneficios atribuidos al contacto con la naturaleza, es un campo de estudio bastante activo, y los investigadores continúan explorando los complejos vínculos entre el bienestar de los niños y su tiempo al aire libre.
Pero, además de hablar de los beneficios, es importante citar los perjuicios que la falta de contacto con el ambiente natural puede ocasionar en el desarrollo de los niños.
Perjuicios de la falta de contacto con el ambiente natural
1. Déficit de actividad física: la ausencia de actividades al aire libre está frecuentemente asociada con estilos de vida sedentarios, lo que puede llevar a la obesidad infantil y a problemas relacionados con la salud, como diabetes tipo 2.
2. Perjuicios cognitivos: existe una correlación entre la exposición a la naturaleza y la mejora de la capacidad de atención y concentración. Los ambientes verdes pueden reducir los síntomas de TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad).
3. Problemas de salud mental: la falta de interacción con la naturaleza puede elevar el riesgo de problemas de salud mental, incluyendo ansiedad y depresión. La naturaleza tiene un efecto calmante y puede ayudar a lidiar con el estrés.
4. Deficiencias en el desarrollo emocional: interactuar con ambientes naturales ayuda a desarrollar la resistencia, la autonomía y la capacidad de gestionar riesgos. Sin esta interacción, los niños pueden tener su desarrollo emocional perjudicado.
5. Disminución de la apreciación ambiental: si los niños no forman una conexión con la naturaleza, pueden ser menos propensos a valorar y proteger el medio ambiente cuando sean adultos.
6. Limitación en el desarrollo de la imaginación: las actividades al aire libre estimulan la creatividad e imaginación que son limitadas cuando los niños pasan mucho tiempo en ambientes cerrados, muchas veces frente a pantallas.
7. Problemas sensoriales: la naturaleza estimula los cinco sentidos; la falta de exposición natural puede llevar a un desarrollo sensorial menos integrado y refinado.
8. Socialización comprometida: al jugar afuera, los niños aprenden a colaborar, resolver conflictos y desarrollar habilidades sociales. La ausencia de estas oportunidades puede afectar negativamente este desarrollo.
En caso de que tengas interés en profundizar en este tema, lee El Último Niño en la Naturaleza. El libro de Louv es un gran recurso para eso, pues él mismo compila un vasto número de investigaciones que respaldan su proposición sobre el déficit de naturaleza y su impacto negativo en el desarrollo de los niños.
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